SIGNIFICADO ESPIRITUAL DEL NACIMIENTO VIRGINAL

UN ESTUDIO

por GARY RAY BRANSCOME

Lección 9

 La significación espiritual del nacimiento virginal, el hecho de que el niño nacido de María es el propio Hijo de Dios, no es idea sacada de razonamiento humano; por el contrario, es llanamente declarada en las palabras de la Escritura.
Cuando el ángel primero se le apareció a María, le dijo que el Hijo que ella llevaba sería llamado Hijo del Altísimo (Lucas 1:32). Cuando Isaías previó el nacimiento virginal, unos ocho siglos antes, escribió: "Su nombre será llamado Emmanuel, que significa 'Dios con nosotros'" (Isaías 7:14; Mateo 1:23). En otro lugar Isaías predijo que el niño sería llamado "Poderoso Dios, Padre Eterno" (Isaías 9:6). Cuando Miqueas, hablando por el Espíritu de Dios, predijo que Jesús nacería en Belén, escribió que Quien vendría de Belén era Uno "cuyos caminos han sido desde el principio, desde la Eternidad" (Miqueas 5:2). Jeremías dijo que Jesús sería llamado "Jehova Justicia Nuestra" (Jeremías 23:6). Y Pablo, entendiendo plenamente lo que estos profetas dijeron, refirió a Jesús como Dios manifestado en la carne y como "Dios nuestro Salvador y Señor" (1 Timoteo 1:1 y 3:16).

 La iglesia Cristiana se funda sobre el hecho de que Jesús es Dios manifestado en la carne. Cristo no construyó Su Iglesia sobre Pedro, sino sobre la verdad de Su propia Deidad (Mateo 16:16-18). Esta verdad es básica debido a que un puro hombre no podía haber tomado sobre sí mismo nuestros pecados, ni haberse dado a sí mismo como rescate por los pecados del mundo entero (1 Timoteo 2:6). Ningún hombre hubiera podido siquiera pagar sus propios pecados, mucho menos los de otros (Mateo 16:26).

Debido a su nacimiento virginal, Jesús es no sólo verdadero hombre, sino también verdadero Dios. De acuerdo a la carne, Jesús, "hecho de mujer", fue un verdadero descendiente de Abraham, el fruto del propio cuerpo de David, tal como la Biblia predijo y la Ley requería (Salmo 132:11; Romanos 1:3; Génesis 22:18; Gálatas 3:16 y 4:4). Como heredero al trono de David (Lucas 1:32) es Cristo la única cabeza legal de la Iglesia Cristiana, que es el verdadero reino de Dios, el verdadero Israel (Romanos 2:28,29 y 9:8).

 Debido a su nacimiento virginal, Jesús nació sin pecado. Su naturaleza no es pecaminosa como la nuestra, sino que es la misma de Dios. A diferencia nuestra, que hemos perdido la imagen de Dios, y nacido a la imagen de nuestros pecaminosos padres (Génesis 5:3; Romanos 5:18,19) Cristo es "la imagen del Dios invisible" (2 Corintios 4:4; Colosenses 1:15; Hebreos 1:3). Cuando Job dice "¿quién puede sacar lo limpio de lo sucio? Nadie", señala que ningún hombre pecaminoso puede ser padre de un niño sin pecado (Job 14:4). Si Cristo no hubiese nacido de una virgen, no habría razón para creer que fue sin pecado, o el Hijo de Dios, o nuestro Salvador. Quienes niegan el nacimiento virginal, o dicen que no es importante, muestran sólo su ignorancia e hipocresía. Son engañadores, mentirosos, y enemigos del evangelio. De los tales, apartarse (2 Juan 8,10).

 Debido a que Jesús nació de una virgen, la palabra "Hijo" propiamente pertenece a Su naturaleza humana. Sólo Su naturaleza humana vino a existencia por un acto de Dios, creció en un vientre, y nació como un Hijo. Sin embargo, la Biblia aplica la palabra "Hijo" también a la segunda persona de la Trinidad, a fin de hacernos claro que no hay dos Cristos, uno humano y otro divino. Hay más bien sólo un Cristo, que es a la vez verdadero Dios y verdadero hombre. Mientras es cierto que Cristo está sujeto al Padre en cuanto concierne a Su naturaleza humana (1 Corintios 15:28 y 11:3), es no obstante igual al Padre en lo que hace a Su naturaleza divina (Filipenses 2:6); y no hay dos Cristos sino uno sólo.

 Durante su estada en la tierra, Cristo no siempre se valió Él mismo del poder y conocimiento divino (Mateo 26:53; Marcos 13:32). Y ello porque durante aquel período Él se humilló a Sí mismo, y tomó la forma de siervo (Filipenses 2:8). Sin embargo, como Dios, todo poder y conocimiento le fue dado a Él desde la eternidad. Debido a que todo poder desde siempre le ha pertenecido a Él, Su declaración "todo poder me ha sido entregado" (Mateo 28:18) debe ser entendida como referida a Su naturaleza humana, no a Su naturaleza divina. Y el hecho de que todo poder le haya sido entregado a Su naturaleza humana, revela que ella misma comparte en todo los atributos de su naturaleza divina. Ambas naturalezas no pueden ser separadas: lo que es verdad de una lo es de la otra, porque sólo hay un Cristo. Debido a que Cristo es Dios, no tiene limitación alguna. Esta verdad, también es revelada en la Biblia, cuando nos dice que Dios ha dado a Cristo un nombre por encima de todo nombre (Filipenses 2:9); como Dios, ese nombre fue siempre Suyo. Fue dado a Cristo de acuerdo a Su naturaleza humana, cuando Dios tomó sobre Sí mismo la forma de un hombre, en Cristo Jesús. ¡Cristo es a la vez verdadero Dios y hombre!

 El "Credo de Atanasio" declara muy concisamente esta verdad de la Escritura:

 "Por la correcta fe es que creemos y confesamos
que Nuestro Señor Jesucristo el Hijo de Dios es Dios y hombre;
Dios de la sustancia del Padre, existente antes de todos los mundos; y hombre de la sustancia de Su madre, nacido en el mundo;
Perfecto Dios y perfecto hombre, de alma racional y carne humana subsistente:
Igual al Padre en lo tocante a Su Deidad, e inferior al Padre en cuanto a Su humanidad.
Quien aunque es Dios y hombre, no es dos sino un sólo Cristo;
Uno, no por conversión de la Deidad en carne, sino por tomarse la humanidad en Dios.
Uno juntamente, no por confusión de substancia, sino por unidad de Persona.
Así como por alma racional y carne es un hombre, en tanto Dios y hombre es un sólo Cristo."

 Saliendo del tema un poco, aunque sólo en parte, permítaseme compartir un punto respecto al nacimiento virginal, que me sobrevino de parte de una fuente inesperada.
Hace algunos años, alguien me planteó la pregunta: "Si Dios puede hacerlo todo, ¿puede hacer Él una piedra tan pesada que no pueda levantar?" Yo sopesé la cuestión, y oré por la solución. Un día me vino la respuesta. Las piedras son difíciles de levantar únicamente para los seres finitos. Por tanto, si Dios fuera a hacer Él una piedra tan pesada que no pudiese levantar, necesitaría primero volverse un ser finito, sujeto a las leyes de la gravedad y la inercia. Aunque mientras se vuelve un ser finito, necesariamente tendría que seguir siendo Dios, y ser algún otro: ya no sería Dios quien fuese incapaz de levantar la piedra.
Él pudo volverse un ser finito naciendo de una virgen. A través del nacimiento virginal, Él pudo tomar sobre Sí mismo la naturaleza del hombre, pero reteniendo su naturaleza divina. Como hombre pudo ser incapaz de levantar una piedra; pero como Dios nada le fue imposible.
Esta respuesta me ayudó a entender por qué fue necesario para Cristo venir al mundo.
Dios nos ama tanto que está dispuesto a tomar nuestros pecados sobre Sí mismo. Pero como Dios, es imposible para Él ser culpable de pecado, o morir. Por consiguiente, a fin de tomar nuestra culpa y castigo sobre Sí mismo, se hizo hombre, naciendo de una virgen, naciendo bajo la Ley.
Como hombre fue capaz de tomar nuestros pecados sobre Sí mismo, y morir en nuestro lugar. Aunque como Dios, fue capaz de quedar perfectamente sin pecado, y por tanto pudo triunfar sobre el pecado, la muerte, y el demonio.

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