LA CAÍDA DEL HOMBRE

UN ESTUDIO
por GARY RAY BRANSCOME
Lección 6

 La caída de Adán y el ingreso del pecado al mundo es un hecho de la historia. Y es básico para un sano entendimiento de nuestra naturaleza, nuestra relación con Dios y nuestra necesidad de Salvador.

EL REGISTRO HISTÓRICO

 Los capítulos 1 y 2 del Génesis nos cuentan los hechos básicos relativos a la creación por Dios tanto de Adán como de Eva. Dios creó a ambos a Su propia imagen, rectos y libres de pecado (Génesis 1:26-27,31; Efesios 4:24; Colosenses 3:10; Eclesiastés 7:29); y los situó en un jardín donde había abundancia de cosas buenas para comer. Ellos podían comer de todos los árboles del jardín excepto de uno (Génesis 2:15-17). El capítulo 3 va a contar como Satanás, obrando a través de una serpiente llevó a Eva, y a través de ella a Adán, a desobedecer a Dios.
La serpiente comienza preguntando a Eva si Dios realmente le había dicho que no comiesen de árbol alguno del jardín. Cuando ella le retransmite lo que Dios había dicho, la serpiente le dice entonces que lo que Dios había dicho no era correcto, que no moriría, y que por el contrario que sería como Dios, conociendo tanto el bien como el mal (Génesis 3:1-5). Escuchando esto, y viendo ella que el fruto del árbol era bueno para comer y lucía delicioso, comió algo del fruto, y lo dio a su marido que estaba con ella, quien también comió (Génesis 3:6-7). Entonces, ambos se tornaron conscientes de su propia desnudez y necesidad de cubrirse; por eso tejieron hojas de parra para hacerse delantales.
Esta desobediencia de parte de Adán y Eva fue el primer pecado cometido por el hombre (Romanos 5:12).

UN ANÁLISIS DEL REGISTRO HISTÓRICO

 La Biblia no nos dice por qué Satanás escogió emplear una serpiente antes que un loro o cualquier otro animal cuando engañó a Eva. Quizá pensó que una serpiente podía ser más útil, siglos después, para conducir a las mentes confundidas a rechazar la verdad del Génesis. Cualquiera sea la razón, Satanás utilizó una serpiente para engañar a Eva, y a través de Eva, a Adán.
Debido a que la Biblia nos dice que la serpiente era más sutil que cualquier bestia del campo (Génesis 3:1) deberíamos esperar de Satanás ser sutil en su engaño. Quiere que veamos nuestros impuros pensamientos y deseos como nuestra voluntad, no la suya. Por tanto no es probable que nos confronte y nos discuta abiertamente a fin de convencernos a pecar. En lugar de ello, podemos esperar escuchar su voz viniendo de nuestros propios deseos y voluntad (Jeremías 17:9; Santiago 1:13-15). Esto no es lo que Dios quiso. Sin embargo, a través del pecado de Adán, nuestra naturaleza ha sido corrompida, de modo que somos ahora, por nuestra misma naturaleza, hijos de la ira (1 Juan 5:17; Efesios 2:3; Romanos 3:23; Génesis 5:3; Salmo 51:5; Romanos 5:12-19 y 8:7).

 Debido a la limitación puesta sobre el lapso de la vida humana por la caída (Romanos 5:23), la supervivencia de la raza requirió un incremento en la tasa de reproducción; y ello a su vez, en el impulso sexual (Génesis 3:16). Esto, conjuntamente con la corrupción de la naturaleza obrada por el pecado, tornó a las relaciones entre hombre y mujer -al menos fuera del matrimonio ordenado por Dios- en una continua reactuación del primer pecado, o al menos de la primera tentación. Fuera del matrimonio el cuerpo de la mujer se ha vuelto una fruta prohibida, continua fuente de seducción y tentación para el hombre. El hombre a su vez se ha vuelto una fuente de tentación para la mujer. La extendida identificación de la serpiente como símbolo fálico, revela la significación espiritual de esta tentación.
Si el registro bíblico de la creación y la caída no tuviese tan profundo simbolismo, los "académicos" del mundo lo despreciarían como demasiado simplista para ser inspirado por Dios; pero como lo tiene, entonces se van al extremo opuesto, y alegan que hay demasiado simbolismo para ser verdad. Esta duplicidad de pensamiento ha sido desde antaño característica de aquellos infatuados con ilusiones sobre su propia importancia (Lucas 7:32-34). No pueden encontrar siquiera un mito pagano con esa profundidad de significado y penetración en la naturaleza de las cosas que se encuentra en la verdad del Génesis, ninguno se le acerca. Toda la retórica antibíblica de ellos revela solamente su propia ignorancia (1 Corintios 3:19).

 Así como todos nosotros somos estadounidenses debido a una decisión que nuestros ancestros tomaron, por aquella decisión de Adán de rendir obediencia a Satanás somos todos, por nuestra propia naturaleza, ciudadanos de su dominio (Romanos 5:12,14; Efesios 2:3; Romanos 6:16). Como descendientes de Adán nacimos con las cadenas del pecado.
Y debido a que Adán tuvo dominio sobre la creación visible de Dios, cuando él mismo cayó bajo el de Satanás, así también la creación (Génesis 1:36 y 3:14,17; Romanos 5:14,17; 2 Corintios 4:4). Como resultado, la maldición de Dios cayó sobre toda la creación visible. La decadencia, la corrupción y la tendencia a la destrucción se hizo parte de la misma naturaleza de las cosas (Hebreos 1:10-12). Todo el universo está envejeciendo, la rotación de la tierra se hace más lenta, la luna se aleja de la tierra, y el sol eventualmente se hará oscuro y frío.
De igual manera en nuestras propias vidas vemos conflicto, corrupción, enfermedad, dolor y decadencia. La misma presencia de estas consecuencias del pecado es un testimonio del hecho que todos somos pecadores en necesidad de salvación. Si quienes parecen inocentes sufren, entonces su sufrimiento debería ser visto como un testimonio del hecho de que no lo son delante de Dios (Romanos 5:12,18); si lo fuesen realmente, no morirían (Romanos 6:23). Por tanto, si sufren es que Dios en su amor permite este sufrimiento a fin de revelar la verdadera naturaleza del pecado, y así revelar nuestra necesidad de arrepentimiento. Nunca olvidemos que si Dios nos diera aquello que realmente merecemos, seríamos arrojados instantáneamente a las profundidades del infierno (Lamentaciones 3:22). Deberíamos por tanto estar agradecidos que nuestro Dios es lento para la ira y no nos ha tratado conforme a nuestras iniquidades (Salmo 103:10).

CONCLUSIÓN

 El registro histórico de la caída es básico para nuestro entendimiento de por qué fue necesario para Cristo venir al mundo, y por qué necesitamos un Salvador (Romanos 5:12,19). Brevemente: todos los hombres son por su misma naturaleza pecadores en necesidad de un salvador. Así como ningún hombre puede cambiar su propia naturaleza, ninguno puede salvarse a sí mismo (Jeremías 13:23). Hasta no entender esta verdad no podemos entender correctamente la Ley de Dios; todo lo que ella dice se relaciona con la caída del hombre: le revela su naturaleza caída.
 

PREGUNTAS PARA ESTUDIO

1. ¿Cuál fue el primer pecado cometido por el hombre?
2. ¿Por qué Satanás empleó una serpiente para engañar a Eva?
3. ¿Deberíamos esperar que el engaño y la tentación a través de los cuales Satanás opera sean abiertos y obvios?
4. ¿Qué dicen sobre la naturaleza humana Jeremías 17:9 y Santiago 1:13-15?
5. ¿Originalmente el hombre fue creado con una naturaleza pecaminosa?
6. ¿Qué resultó de la decisión de Adán de rendir obediencia a Satanás?
7. ¿Qué testimonian la presencia de la enfermedad, dolor,  sufrimiento y muerte?
8. ¿Por qué sufren quienes parecen inocentes y correctos?
9. Si no hubiese dolor o problemas en el mundo, ¿entenderíamos alguna vez que somos pecadores?
10. ¿Por qué deberíamos agradecer que Dios no haya tratado con nosotros conforme a nuestras iniquidades?