LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
UN ESTUDIO
 

por Gary Ray Branscome

Lección 20

 Que Cristo regresará es un hecho de la historia futura. Retornará, no en debilidad sino en poder, no en algún sentido místico sino físicamente. Y no a ser juzgado sino a juzgar (Lucas 21:27; Hechos 1:11; Tito 2:13; Mateo 25:31-32 y 24:36). Como ha de retornar, esperamos ese día de su retorno con confianza.
Sin embargo, tratando de describir el retorno de Cristo debemos ser muy cuidadosos de no hablar falsamente en nombre de Dios (Deuteronomio 18:20). Antes que profesar de sabios, debemos ser honestos acerca de las limitaciones de nuestro conocimiento, y apegarnos estrictamente a lo que Dios ha revelado (Romanos 11:22; Juan 8:31; Isaías 8:20; 2 Pedro 1:20; Salmo 19:13).
 

LOS HECHOS HISTÓRICOS RELATIVOS AL REGRESO DE CRISTO

 La Biblia llanamente nos dice que Cristo regresará (Hechos 1:11, etc.). También nos dice que cuando regrese, lo hará en poder y gran gloria (Lucas 21:27). Sin embargo, la Biblia también dice que hombre alguno sabe cuando Cristo regresará (Mateo 13:32). Esta verdad de la Escritura revela a todos los "fechadores" como falsos profetas (Isaías 8:20).

 El Apóstol Pablo describe el retorno de Cristo diciendo que "El Señor mismo descenderá con fuerte voz de mando, con la voz del arcángel, y con la trompeta de Dios. Y los muertos en Cristo resucitarán primero. Entonces, quienes vivamos y hayamos quedado, seremos tomados, y elevados junto con ellos a las nubes, para reunirnos con el Señor en el aire; y así todos estaremos con el Señor." (1 Tesalonicenses 4:16-17).
 La Biblia nos dice además que esa resurrección será el último día (Juan 6:39, 40 y 44 y 11:24). Pedro nos dice que en ese día, el postrero "los cielos se abrirán con gran estruendo, los elementos serán deshechos con calor hirviente, y quemada será la tierra y las obras que en ella hay." (2 Pedro 3:10).

 En este punto es importante entender que no se está exponiendo meramente una opinión: no digo nada más de lo que dice la propia Biblia. Ud. puede verificarlo por sí mismo, simplemente viendo las referencias bíblicas apuntadas.
Así como Sodoma fue destruida tan pronto Lot fue retirado y puesto a buen seguro fuera de la ciudad, así esta tierra será destruida tan pronto los santos se encuentren a salvo fuera de ella (Lucas 17:28-30).
 

EL LIBRO DE APOCALIPSIS (REVELACIÓN)

 El libro de Apocalipsis está escrito en una forma literaria especial, que los académicos clásicos conocen como literatura apocalíptica. Este tipo de literatura emplea imágenes muy vívidas, para describir realidades espirituales invisibles, en cuadros que nuestra mente finita pueda captar. Muchas veces la Biblia misma nos informa que está usando este tipo de imágenes. Por ejemplo, nos dice que los siete candeleros de oro del versículo 12 en el capítulo 1 son siete iglesias (Apocalipsis 1:12,20). También nos dice que la gran ramera del capítulo 17 es en realidad una gran ciudad (Apocalipsis 17:1,18).
Podría ofrecer muchos más ejemplos, sin embargo, mi punto es que Dios quiso que el libro de Apocalipsis fuese la descripción figurativa de una realidad espiritual invisible, no la descripción literal de una realidad material o física visible. Tomado literalmente, el libro es una descripción de la visión de Juan, y nada más (Apocalipsis 1:9-10). Por consiguiente, en cuanto vamos más allá de su significación literal, y buscamos significados proféticos, dejamos de interpretar el libro literalmente.

 El simbolismo empleado en Apocalipsis es muy similar al utilizado en las parábolas.
Un ejemplo: la parábola de la fiesta de bodas es empleada aquí y en el Evangelio: Apocalipsis 19:8 y Mateo 22:11-12. En ambos pasajes, la justicia que tenemos en Cristo es pintada como un traje de bodas, un vestido que cubre nuestros propios harapos pecaminosos (Isaías 64:6). Y Satanás es un espíritu invisible, no un reptil visible (Apocalipsis 12:3,9). Cristo es el Hijo de Dios, no un cordero literal o un león literal (Apocalipsis 5:5-6). El mar sobre el que se asienta la gran ramera son muchos pueblos y gentes, multitudes, naciones y lenguas, no un mar literal (Apocalipsis 17:1,15).

 Quienes confunden estas pinturas espirituales con realidades físicas, cometen el mismo error de los apóstoles cuando tomaron la "levadura de los fariseos" por pan físico, material. Como el Libro de Apocalipsis es altamente figurativo, todo lo que dice debe interpretarse conforme a los llanos hechos literales concernientes al retorno de Cristo, que se ofrecen en otras partes de la Escritura: los mismos hechos que se expusieron aquí, más arriba. Y quienes interpretan Apocalipsis contradiciendo esos hechos, deben ser rechazados como falsos profetas (Isaiah 8:20).
 

EL DÍA DEL JUICIO

 La Biblia llanamente nos dice que el Padre ha dado al Hijo autoridad para ejercer juicio.
A la hora apuntada, "todos los que están en las tumbas escucharán Su voz, y se levantarán; los que han hecho el bien, para resurrección de vida; y los que han hecho el mal, para resurrección de condenación (Juan 5:25-29).
Algunas personas se preocupan porque este pasaje parece decir que las obras determinarán quienes serán salvos y quienes condenados. Sin embargo no es el caso, en absoluto. La mente carnal simplemente asume que toda referencia a hacer el bien o a ser justos es una alusión a las obras. Este supuesto es erróneo. La Biblia llanamente nos dice que quienes hacen el bien a la vista de Dios, no son quienes buscan lograr bondad por las obras de la ley, establecer su propia bondad, sino quienes se someten a la bondad, lo que es por fe (Romanos 9:30-33 y 10:3-6). En otras palabras, que Cristo no nos deja colgados: el perdón que por Él tenemos nos hace realmente buenos (puros, perfectos e inocentes) a la vista de Dios (Romanos 10:4; Hebreos 10:10).
Así como la Biblia nos dice que David no pecó excepto en el asunto de Urías, así nosotros -que caminamos por fe- tampoco pecamos, no porque seamos capaces de guardar la ley de Dios, sino porque en Cristo ningún pecado nos es imputado. En tanto andamos con conciencia limpia, nuestros pecados son perdonados automáticamente, porque los hemos puesto a todos en confianza sobre Cristo (1 Reyes 15:5; Romanos 4:1-8 y 13:5).

 Las palabras de Cristo en Juan 5:25-29 son ley, no evangelio. Su propósito no es decirnos cómo somos salvados, sino hacer temblar en sus zapatos a los no arrepentidos, y así que vengan a Dios por clemencia y perdón [2 Corintios 5:10 dice básicamente lo mismo que Juan 5:25-29.]

 Otro pasaje que trata del día del juicio es Mateo 25:31-46, que dice:
"Cuando el Hijo del Hombre venga en Su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará sobre el trono de Su gloria; y ante Él serán reunidas todas las naciones. Y Él las separará unas de otras, como el pastor separa sus ovejas de las cabras. Y Él pondrá las ovejas a Su mano derecha, y las cabras a Su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: venid, benditos de Mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui extranjero y me cuidaste, desnudo y me vestiste. Estuve enfermo y me visitaste. Estuve en prisión y vinisteis a verme. Entonces los justos responderán: Señor, ¿cuando te vimos con hambre y te alimentamos? ¿Cuando te vimos extranjero y te cuidamos, o desnudo y te vestimos? ¿O cuando te vimos enfermo o en prisión y fuimos a tí?
Y el Rey les responderá: en verdad os digo que en tanto lo hicisteis con el último de mis hermanos, conmigo lo hicisteis. Y entonces dirá a los de Su izquierda: apartáos de Mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Demonio y sus ángeles ... Y esos saldrán para el castigo eterno; pero los justos, a la vida eterna." (Mateo 25:31-46).

 Se habrá advertido que el pasaje citado es algo figurativo en su presentación, en la parte que habla de ovejas y cabras antes que de seres humanos. Pero como Dios está presente en todo lugar y tiempo, en cierto sentido, cada quien en la tierra está parado delante del trono de Dios en este mismo momento. Por tanto, desde que el recuento citado es algo figurativo, el juicio que describe puede ocurrir en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, cuando Cristo tome a los santos (1 Tesalonicenses 4:14-18).

 Mateo 25:31-46 -como asimismo Juan 5:25-29, Apocalipsis 20:13 y 2 Corintios 5:10-, es ley, no evangelio. El objetivo de estos pasajes no es enseñar el camino de salvación, sino advertir sobre el juicio de Dios. Fíjese que las obras descritas en Mateo 25 no son las de la ley, para nada. La ley no dice nada acerca de brindar a Cristo alimento, bebida, cuidado, etc. El propósito de este pasaje es advertir a quienes piensan que están guardando la ley, que la rectitud de la ley no es suficiente. Es para poner a esa gente bajo convicción, y así llevarles a arrojarse a la clemencia de Dios.
 

CONCLUSIÓN

 Sabemos que Cristo retornará, y que habrá de juzgar al mundo. Es importante que nos ajustemos y apeguemos estrictamente a los hechos. Y que rechacemos a los falsos maestros, que edifican sus doctrinas del fin de los tiempos no en lo que la Biblia dice objetivamente, sino en interpretaciones privadas, hilvanadas para hacer un cuadro del fin de los tiempos que claramente no se expone en parte alguna de la Palabra de Dios (2 Pedro 1:20; Juan 8:31; Isaías 8:20; Proverbios 30:6).

PREGUNTAS PARA ESTUDIO

1. ¿Qué clase de hecho es que Cristo retornará?
2. ¿A qué debemos apegarnos estrictamente describiendo el regreso de Cristo?
3. ¿En qué día nos dice la Biblia que será la resurrección?
4. ¿En qué forma literaria está escrito el libro de Apocalipsis (Revelación)?
5. ¿De acuerdo a qué debe interpretarse el libro de Apocalipsis?
6. ¿Son ley o evangelio las palabras de Cristo en Juan 5:25-29?
 7. ¿Qué indica que la descripción del último juicio en Mateo 25:31-46 es algo figurativa?
8. ¿A quienes quiere advertir Mateo 25:31-46?
9. ¿Sobre qué construyen los falsos maestros sus doctrinas del fin de los tiempos?
10. ¿Qué supone la mente carnal respecto a cada referencia a hacer el bien?